domingo, 22 de julio de 2007
Desarrollo Sostenible
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La palabra internacionalmente conocida de desarrollo sostenible, sustentable o perdurable se encuentra en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definición se asumiría en el Principio 3.º de la Declaración de Río (1992): "Aquel desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro, para atender sus propias necesidades". Lamentablemente, esta definición solo sirve en teoría. De allí la necesidad de la siguiente definición que ofrece no solo la amplitud sino también la precisión necesaria para ponerla en practica.
Por tanto, el concepto de desarrollo sostenible, si bien procede de la preocupación por el medio ambiente, no responde a temas fundamentalmente ambientalistas, sino que trata de superar la visión del medio ambiente como un aspecto aparte de la actividad humana que hay que preservar. El medio ambiente está implicado con la actividad humana y la mejor manera de protegerlo es tenerlo en cuenta en todas las decisiones que se adopten. El desarrollo sostenible tiene un vector ambiental, uno económico y uno social. El aspecto social no se introduce como una concesión o por mera justicia humana, sino por la evidencia de que el deterioro ambiental está tan asociado con la opulencia y los estilos de vida de los países desarrollados y las elites de los países en desarrollo como con la pobreza y la lucha por la supervivencia de humanidad marginada.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Definición del concepto
2 Justificación del desarrollo sostenible o desarrollo perdurable
3 Condiciones para el desarrollo sostenible
4 Véase también
5 De interés relacionado
6 Libros
7 Enlaces externos
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Definición del concepto [editar]
Desarrollo sostenible es un proceso socio-ecológico caracterizado por un comportamiento en busca de un ideal. Ahora bien, ¿qué es un "comportamiento en busca de un ideal"? Quizás la manera mas simple de definirlo sea comparándolo con un comportamiento en busca de una simple meta. Un ideal, por definición , es un estado o proceso inalcanzable, en un momento o espacio dados, pero infinitamente aproximable y es justamente esta aproximación infinita la que permite que el proceso de desarrollo sostenible sea perdurable en el tiempo y espacio. Cabe anotar, que dado el ingenio del ser humano, lo que hoy día es ingenuo (inalcanzable) en algún momento podría convertirse en un objetivo a largo plazo para luego transformarse en una meta a corto plazo y finalmente en una realidad. Las palabras "desarrollo sostenible" se encuentran en todos los discursos políticos, pero sus opciones de aplicación práctica son muy diversas y eventualmente perversas. Desde ideologías de tipo liberal se hace énfasis en la posibilidad de compatibilizar el crecimiento económico con la preservación ambiental vía aumento de la productividad (producir más, consumiendo menos recursos y generando menos residuos) y con la equidad social vía mejora general de las condiciones de vida (lo que no siempre es automático). Desde ideologías ecologistas más radicales se hace énfasis en las opciones de crecimiento cero y aplicación estricta del principio de precaución (en lugar de realizar las actividades productivas mientras no se demuestre que son dañinas, dejar de realizarlas en tanto en cuanto no se demuestre que no son dañinas). Posiciones como el eco-socialismo argumentan que el propio capitalismo, al estar basado en el crecimiento y la acumulación constante (incrementándose el ritmo de crecimiento), es ecológicamente insostenible.
Como esbozo de respuesta a estos dos extremos del espectro no hay que olvidar, por un lado, que desarrollo económico no siempre es sinónimo de crecimiento económico (y menos aún desarrollo humano) y, por otro, que cualquier medida de dimensión relativa a las actividades productivas no sólo tiene efectos sobre la economía de las empresas, sino también sobre el empleo y el tejido social en que se incardinan dichas actividades, efectos que pueden ser tanto negativos como positivos.
Justificación del desarrollo sostenible o desarrollo perdurable [editar]
La justificación del desarrollo sostenible o desarrollo continuable proviene tanto del hecho de tener unos recursos naturales limitados (nutrientes en el suelo, agua potable, etc.), susceptibles de agotarse, como por el hecho de que una creciente actividad económica sin más criterio que el económico produce, como ya se ha constatado, problemas medioambientales tanto a escala local como planetaria graves, que pueden en el futuro tornarse irreversibles.
Por ejemplo, si queremos aumentar la producción en agricultura, se puede hacer mediante puesta en regadío, uso de fertilizantes, agricultura intensiva, etc. Pero cada una de esas posibles acciones tiene un coste:
Puesta en regadío: el agua es un recurso limitado; si por ejemplo estamos obteniendo el agua de acuíferos (pozos), tenemos que tener cuidado de tratar al agua subterránea también con el criterio de sustentabilidad. O sea tener el conocimiento suficiente de la misma que indique las reservas, cantidad y calidad susceptible de explotar en el espacio y en el tiempo, tasa de recarga, lugares hidro-geológicamente más convenientes de explotación, construcción de perforaciones, etc. y que se asegure una correcta Gestión y Protección del acuífero a nivel legal e institucional. Con los ríos hay que cuidar además dejar suficiente agua para no afectar la fauna y flora ribereña (el llamado caudal ecológico), amén de entrar en competencia directa con otros usos entre los que se encuentra el consumo humano.
Fertilizantes (estiércol, abonos químicos, etc): aumentan la producción, pero el agua de lluvia arrastra disuelto parte de lo que estamos dando al suelo (lixiviados), pudiendo acumularse en acuíferos y resultar por tanto contaminados (p. ej. por altas concentraciones de nitrógeno). En idéntico caso nos encontramos con los plaguicidas con el agravante de haberse demostrado algunos de uso intensivo en épocas pasadas bioacumulables, con el consiguiente problema de salud pública.
Agricultura intensiva: aumenta la producción al introducir mayor número de plantas por metro cuadrado de una especie especialmente adaptada, posibilidad que ofrecen las máquinas empleadas, pero también consume mayor cantidad de nutrientes del suelo (y eso va a parar a la cosecha que recogemos; no vuelve al suelo), con lo que hay que proyectar rotaciones de cultivos (diferentes cultivos consumen en diferentes proporciones los nutrientes del suelo y pueden complementarse) y barbechos (dejar un tiempo una parcela de tierra sin cultivar) para limitar la proliferación de parásitos. También entran en juego otros factores, como preservar la variedad genética de las especies ya que no se sabe qué especies serán mejor para afrontar los problemas que surjan en el futuro.
El tema de la Alimentación humana no es catastrofista en sí mismo, tal como predecía Malthus en su ensayo. Desarrollada la tecnología de la alimentación no depende la penuria de la Población de la escasez de recursos sino de la Organización de estos recursos.
En términos generales hay dos tipos de investigación del desarrollo sostenible o sustentable o continuable o perdurable: construcción de indicadores que midan el impacto del desarrollo en el medio ambiente (medición física) y actitudes y opiniones de las personas sobre el deterioro del medio ambiente (medición sociológica).
Habría que determinar si el programa es realmente aplicable al contexto internacional, como quien diría, si es aplicable a cada país en donde se ha propuesto, ya que la contribución de la agenda 21 propone, pero sin considerar si en dicho lugar es viable no tanto por la posibilidad económica sino por la cultural.
Otro ejemplo sencillo son las herramientas de implementación de desarrollo sostenible en la producción y los servicios, como puede ser el conjunto de actividades denominadas Producción Más Limpia. Dicho concepto parte del principio de sostenibilidad de las actividades humanas requeridas para suplir necesidades básicas y suplementarias (calidad de vida), incorporando elementos como mínimas emisiones, buenas prácticas de producción y operación, manejo adecuado y aprovechamiento del subproducto y el residuo, disminución en el consumo de insumos, etc. De esta forma, se observa que el desarrollo sostenible no es, per se, un elemento sociológico, sino debe hacer parte de un tejido en el cual la producción, la economía, el bienestar y el ambiente juegan del mismo lado. Este concepto de desarrollo sostenible, se enfoca desde el lado de la oferta ambiental, bajo la óptica de obtener rendimientos firmes. Es decir, una productividad básica, de acuerdo a la capacidad que pueden suministrar los ecosistemas. Otra dimensión del concepto es que el contexto desde donde se enfoca el desarrollo tiende a ser diferente en los países latinoamericanos, parte de un ámbito nacional a uno global, que se asienta en interrelaciones globales y de naturaleza local. La evolución del pensamiento sobre el desarrollo, en términos históricos, se ha dado en el marco de luchas sociales, a través de la pugna entre el capitalismo y el socialismo, entre la clase obrera y el capital y el pensamiento humano y las fuerzas de la naturaleza. A lo largo de las últimas siete décadas del siglo XX, y parte de esta primera década del siglo XXI, el concepto de desarrollo se ha expandido y enriquecido, pero también se ha fragmentado, puesto que se va tomando de él aspectos de acuerdo a la gravedad que confronten los países en su diagnóstico ambiental, sin ser asumido como una orientación universal de cuidado del medio ambiente.
Condiciones para el desarrollo sostenible [editar]
Los límites de los recursos naturales sugieren tres reglas básicas en relación con los ritmos de desarrollo sostenibles.
Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación.
Ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente.
Estas tres reglas están forzosamente supeditadas a la inexistencia de un crecimiento demográfico. [2]
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